debajo de mi cuerpo está la tierra

Hoy no veré a Ana Isabel. Ni siquiera ha contestado a mi mensaje, imagino que está molesta conmigo. Yo también lo estaría si me hicieran lo mismo, pero no me importa. El viernes tuve un ataque de ansiedad que llegó sin previo aviso y el cuerpo parecía retorcerse de dolor. Los pies. Las manos. Buscaba liberarse de la ropa: el tejido aprieta. Mi hermana estaba conmigo. No escribo para idealizar el dolor, si es que acaso eso es posible, realmente me asustó verme así, pensé que acabaría quedándome sin aire.

Hoy es martes y no estoy segura de poder con todo esto, pero quiero volver a intentarlo. La lista de tareas esta semana será comer, dormir y volver a mover el cuerpo. Me extraño. Hubiera elegido otra palabra, pero esta define a la perfección cómo me siento, me echo de menos y a la vez no sé quién soy. Era yo la mujer hermosa y ahora parece no mirarme nadie. Anoche estuve pensando que ni siquiera soy capaz de agarrarle el pene a mi novio sin sentirme insegura.

Me preocupa que haya perdido el interés y ya no quiera estar con otros, solo me hace sentir en hogar el gesto amable de mi sobrina y aquello no siempre dura demasiado. Escribo en este cuaderno y utilizo el bolígrafo de color pastel para desligarme por un momento de la escritura de mi segundo libro, nunca imaginé que la intimidad doliera tanto.

*

Me he dado cuenta de los caminos que traza mi pelo. Escribo sentada en el sofá grande de la casa, a veces echo de menos al animal. El gato de mi hermana anda restregándose por el suelo de la cocina, también quiere escapar de aquí, le he visto llorar sentado frente a la puerta. Ahora tengo su hocico en el extremo izquierdo de la hoja, busca que le aprieten los dientes en cualquier lado y de cualquier forma. Me pregunto si sabrá que estoy escribiendo sobre él, si mi perro también lo sabía. En el fondo siempre creí que ellos son capaces de escuchar la escritura, ese torrente de palabras que se nos viene encima.

*

En mi cuaderno, la tarea de una niña:

Detrás de las ventanas están las calles, dentro de mi corazón están los animales, debajo de mi cuerpo está la tierra.

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